Cada vez más lejos de la paz

Cada vez más lejos de la paz

Este viernes 24 de febrero se cumple un año del inicio de la guerra en Ucrania, la situación de este país, Europa y el mundo, es ahora mucho peor que hace un año. Esta semana se evidenciaba como Joe Biden y Vladimir Putin se amenazaban mutuamente como si de dos gallos de pelea se tratara. Biden, primero, desde Kiev y al día siguiente desde Varsovia desafiaba a Putin y al mundo afirmando que Ucrania no sería derrotada ya que cuenta con la total ayuda de Estados Unidos. Putin, con su verborrea habitual, respondía desde Moscú que Rusia tampoco sería derrotada y para confirmarlo daba un paso más en la escalada hacia el holocausto nuclear dejando en suspenso el acuerdo START III, que limitaba el número de misiles nucleares de largo alcance firmado con Estados Unidos.

La ruptura (congelación, según por Putin) unilateral del Tratado START III por parte de Rusia consuma la eliminación total de los tratados que regulaban la fabricación y el almacenamiento de las armas nucleares. Anteriormente, había sido Estados Unidos quien, igualmente de manera unilateral, en 2002 y después en 2019, había roto dos tratados, el de Misiles Antibalísticos (ABM), que impedía la instalación de antimisiles en Europa; y el que eliminaba las Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF), que eliminaba los mísiles de medio y corto alcance (entre 500 y 5.500 km) en suelo europeo. Esta nueva ruptura, la que limitaba la posesión a un máximo de 1.550 misiles intercontinentales, abre el camino a que ambos países incrementen el número de sus cabezas nucleares, con el agravante de que además puedan llevar a cabo ensayos nucleares de nuevo.

Estos hechos, un año después de iniciada la guerra, señala que estamos mucho peor. No solo por la escalada belicista que supone el envío de armamento pesado a Ucrania o el colosal aumento del gasto militar; sino también, porque los ámbitos económico-sociales que afectan a la vida de las personas empeoran. Algunos ejemplos: en 2022 la inflación que afecta a la economía de las familias aumentó de media en la Unión Europea un 10,4% (España 5,6%); el precio de la electricidad en la UE aumentó de media un 113,6% respecto a 2021 (España el 88%); los cereales según la FAO aumentaron en todo el mundo un 14,8% en 2022. Los anuncios de Biden y Putin de incrementar la escalada militar hará aumentar las dificultades de la vida de la población europea y mundial pues la inflación continuará creciendo por los altos precios de la energía afectando a la carestía de la vida.

Todo ello sin contar los costes en vidas humanas. Se especula que no son menos de 300.000 los muertos que la guerra ha ocasionado, más nueve millones de personas desplazadas y refugiadas en Ucrania.

Las guerras, todas, la de Ucrania también, se pueden evitar si se actúa políticamente sobre las causas que la originaron. Hace un año, cuando las alertas amenazaban que se podía producir una invasión en Ucrania por parte de la Rusia de Putin, hubo posibilidades de encontrar una solución que evitara la guerra. Previamente a la invasión, altos representantes de Estados Unidos y Rusia (Anthony Blinken, secretario de Estado de EEUU y Sergei Lavrov, ministro de Exteriores de Rusia), se reunieron para evitarla. No se logró. Posteriormente, un mes después de la invasión, hubo una nueva posibilidad de frenar la guerra y llegar a acuerdos. En Turquía se reunieron a finales de marzo delegaciones de Kiev y Moscú para intentar formalizar un alto al fuego. En esas negociaciones, había un principio de acuerdo entre los representantes de Volodomir Zelenski y los de Vladimir Putin; Ucrania admitía que Crimea quedaría anexionada a Rusia, a cambio de que las tropas rusas abandonaran los territorios ocupados de Ucrania con excepción de Lugansk y Donetsk que quedaban bajo control ruso, aunque faltaba por dilucidar su futuro administrativo. Unas negociaciones que inesperadamente se rompieron por la retirada de la delegación ucraniana.

A partir de ese encuentro, desde un punto de vista oficial, no se han vuelto a producir negociaciones. Sí ha habido llamadas por parte de países neutrales para que se llegue a acuerdos. Lula da Silva, desde Brasil, lanzaba la propuesta de iniciar negociaciones para finalizar la guerra. La propuesta fue secundada por los presidentes Gustavo Petro, de Colombia, y Alberto Fernández, de Argentina. Pero no hubo respuestas por parte de las partes implicadas.

Esta semana ha surgido otra por parte de China en la Conferencia de Seguridad que se celebraba en Múnich de la mano del director de la Oficina de Exteriores, Wang Yi. El gigante asiático ha lanzado un plan de paz basado en dos pilares: uno, que Ucrania recupere su integridad territorial, algo que sin duda puede satisfacer a Kiev; y otra dirigida a Kiev y a la OTAN de que se den garantías de seguridad a Rusia de que no será amenazada desde Ucrania. Wang Yi, desde Múnich, se ha desplazado a Moscú para hablar con su homónimo Lavrov para proponerle este plan de paz. Una propuesta que viniendo de un país que tiene estrechas alianzas con la Rusia de Putin, a la vez que fuertes relaciones económicas con Europa, puede influir sobre Estados Unidos para que se produzca el deseado diálogo que posibilite un alto al fuego y abra el camino de unas negociaciones.

Un plan de paz que debería contar con el apoyo de los líderes políticos europeos para que se ponga fin a una guerra que amenaza en convertirse en un cataclismo planetario.


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Publicat en Público, el 24/02/2023
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