Fraude e improvisación en el gasto militar: avance del presupuesto español de 2016

Fraude e improvisación en el gasto militar: avance del presupuesto español de 2016

El Centro Delàs de Estudios por la Paz, cada año, tras la presentación de la propuesta de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), analiza el gasto militar español para conocer con mayor exactitud el gasto real que el Gobierno dedica a la Defensa.


Según los datos facilitados por el propio Ministerio de Defensa en el desarrollo de su presupuesto, el gasto militar real de España de este año 2015, a fecha de julio, fue superior en un 121% al presupuesto aprobado inicialmente. Entonces, no cabe la menor duda de que el gasto militar del Estado se encuentra minusvalorado en algunas partidas que durante el ejercicio y de acuerdo con las necesidades de gasto, se ven ampliadas. Además, existen partidas inequívocamente militares que se encuentran repartidas, cuando no camufladas, entre otros ministerios. Estas prácticas son habituales todos los años, y obedecen a un objetivo: esconder a la opinión pública el gasto militar real, y de paso también al Congreso de Diputados y al Senado, que aprueban unas cuentas muy inferiores al presupuesto militar real. Estas malas prácticas tienen una especial relevancia en dos importantes partidas: la adquisición de grandes programas de armamento y las misiones de intervención militar en el exterior.

Esta falta de transparencia en el gasto militar tiene su mayor enjundia en el ámbito de la adquisición de armamentos, en especial en los denominados Programas Especiales de Armamentos (PEA), puesto que su enorme coste, 37.000 millones de euros, los ha convertido en una “burbuja armamentista”, que tiene endeudado e hipotecado al Ministerio de Defensa y por extensión al Estado con una deuda que ronda los 30.000 millones. Unos programas que se iniciaron a mediados del decenio de 1990, y que aún hoy continúan recibiendo ayudas en I+D.

La segunda partida que esconde el gasto real en defensa es la destinada a las misiones militares en el exterior, pues a sabiendas que esas intervenciones ocasionan un gasto que ronda los 700 millones, se presupuestan con 14,3 millones, para traspasarles nuevos recursos durante el ejercicio.

El presupuesto inicial para el año 2016 no difiere del ejecutado en 2015, y en ese sentido es continuista. Además, por la premura y fechas insólitas en que se presentó, en agosto, tiene un carácter de improvisación que lo convierte en electoralista, pues las elecciones generales del Estado están previstas para el mes de diciembre, y el partido de Gobierno, el Partido Popular, los ha presentado como unos presupuestos “sociales”, porqué tras años de recortes propone que el gasto social aumente un 3,8%, y las inversiones y el salario de los funcionarios un 1%.

La improvisación y engaño se evidencia ante el “estirón de orejas” de la Comisión Europea a España, avisando que el déficit previsto para 2015 era de 4,2%, y que éste alcanzará el 4,5% y será de 3.000 millones; y que el presupuesto para 2016, se desviará en siete décimas y alcanzará los 7.000 millones. Añadiendo que el próximo gobierno que salga de las elecciones previstas el 20/12/2015 se verá obligado a modificar el presupuesto. Esto es lo que venimos alertando desde el Centro Delàs, que sin duda se trata de engaños en el gasto militar que contribuyen al aumento del déficit público del Estado español.

Estas malas prácticas, en la propuesta del presupuesto de Defensa del próximo año 2016, se vuelven a repetir. Así, se nos dice que ya que estamos saliendo de la crisis es posible aumentar el presupuesto de todos los ministerios, entre ellos el del Ministerio de Defensa, que se incrementará en un 3,5%. Con lo cual se pretende dar la impresión de que el gobierno dedica una especial atención al ámbito militar. Pero la realidad es otra. El presupuesto de este Ministerio no aumentará un 3,5% respecto a 2015, como recoge el informe del Gobierno y repiten los medios de comunicación, sino sólo un 0,35% y alcanzará 5.787,89 millones; y si se le añaden los Organismos Autónomos de Defensa será de un 0,66%, hasta los 6.899,22 millones. Pero si seguimos las directrices de la OTAN, de cómo se debe hacer el cálculo del gasto militar de los países miembros, entonces disminuye un 0,14% respecto a 2015. Esto es así porque las partidas militares repartidas por otros ministerios son inferiores a 2015, como la I+D militar que surge desde el Ministerio de Industria, las clases pasivas militares (Seguridad Social), o los gastos militares en organismos multilaterales como la OTAN, que dependen del Ministerio de Exteriores; mientras que aumentan ligeramente la mutua militar ISFAS o la Guardia Civil (Ministerio de Interior), cuerpo que aunque tiene misiones civiles (tráfico) se mantiene como una fuerza paramilitar y se rige por la ordenanza militar.

En cambio, sí seguimos el criterio establecido por nuestro Centro, donde añadimos el presupuesto del CNI, un organismo donde su director es un militar así como lo son el 60% de su personal, que anteriormente dependía de Defensa pero que hoy se encuentra adscrito a la Presidencia del Gobierno y, también, los intereses de la Deuda Pública en proporción al total del gasto militar; y, por último, la diferencia del gasto militar inicial del Ministerio de Defensa con el liquidado a final de año. Entonces, el gasto militar total es de 17.465 millones, solamente un 0,11% más que en 2015, con lo cual el presupuesto militar para el año 2016 es continuista respecto del actual, con un escaso incremento (Tabla 1).

Algunos Indicadores

Los principales indicadores del gasto militar previsto para 2016 (Tabla 2) muestran que el gasto militar diario es ligeramente superior al año 2015 y representa 47,84 millones, un 1,57 del PIB, el 4% del total del presupuesto. Un gasto diario de 47,8 millones y que, dividido por el número de habitantes, es de 376 euros, cuantía que aporta cada ciudadano al año para el mantenimiento de las fuerzas armadas.


 

Fuente: Elaboración propia a partir de los Presupuestos Generales del Estado

Incrementos extraordinarios de Defensa

Cada año, desde 2012, se han llevado a cabo diversos incrementos en el presupuesto de Defensa. Incrementos que provienen de diversos ámbitos (Tabla 3). En el presupuesto de Defensa de este año 2015, en junio ya se incorporaron 2.154 millones, un 31% sobre el presupuesto inicial del Ministerio, y a finales de año seguro que serán más. Las partidas más significativas son las ya indicadas del pago en armamentos y la de misiones en el exterior, además de las ventas de patrimonio del Ministerio. Cada año se permite que Defensa enajene terrenos, viviendas militares y cuarteles, y que incorpore esos ingresos en su presupuesto para gasto ordinario. Este año, de momento, por un valor de 200,8 millones. No hay que olvidar que Defensa era (hoy quizás no, pues lleva quince años vendiendo patrimonio) el Ministerio con mayor patrimonio del Estado, y se le ha permitido pasarlo a manos privadas (Apartado “Generados por ingresos propios” Tabla 3).

Estos incrementos van destinados en su mayor parte (1.100 millones previstos en 2016) al pago de los compromisos adquiridos con los Programas Especiales de Armamentos (PEA), a pesar de la enorme deuda que acumulan (30.000 millones). Pero, a pesar de ello, Defensa continúa programando nuevos presupuestos de grandes armamanetos que añadir a los PEA. El año 2014, puso en marcha un nuevo programa:
– Dos nuevos buques BAM (la Armada ya poseía cuatro) fabricados en Navantia con un coste de 333,5 millones.

Y, este año 2015, ha previsto iniciar cuatro nuevos programas:
• Una nueva fragata F.110 por unos 800 millones, que podrían ampliarse hasta cuatro y alcanzar los 3.200 millones, que fabricará Navantia
• 350 unidades del blindado BMR 8×8 modelo Piraña, con un coste que rondará los 1.500 millones, de los cuales se ha encargado a General Dynamics Santa Bárbara, quién asociada a SAPA e Indra desarrollarán la tecnología del prototipo por 89,2 millones, con cargo al presupuesto de 2016 de I+D del Ministerio de Industria
• Cuatro aviones no tripulados (drones) UAV / RPAS Reaper con coste de 171 millones, adquiridos en EEUU a General Atomics e implementados en España por Sener e Indra
• Tres aviones cisterna Airbus 330 que desarrollará Airbus Defence and Space
Estos proyectos, sumados a los equipos tecnológicos asociados, su financiación y mantenimiento durante los próximos diez años, podrían alcanzar los 10.000 millones.

Así, en el presupuesto de 2016, como en años anteriores, tanto para estos nuevos prototipos como para los actuales en desarrollo se prevé conceder nuevos préstamos a interés cero a las empresas en concepto de I+D desde el Ministerio de Industria (Programa 464B), por valor de 468,14 millones. Otra partida que al surgir desde Industria camufla el gasto militar real.

Recomendaciones

Visto el enorme endeudamiento acumulado en Defensa (30.000 millones), debido especialmente a la contratación de unos programas militares tan costosos (los PEA, de dudosa eficacia para la defensa nacional). A estos programas se los prevé añadir otros nuevos por un importe de 10.000 millones, equipamiento que previsiblemente nunca será utilizado. Hay razones «de Estado» suficientes como para poner remedio a tan alto dispendio (17.465 millones previstos en 2016). Este hecho se agrava si se le añade el mantenimiento de «unas fuerzas armadas sobredimensionadas», tal como reconoce el propio ministro, Pedro Morenés. Entonces se deberían tomar medidas para reducir el número de las fuerzas armadas y poder así reducir la demanda de gasto, tanto en armamento e infraestructuras como en servicios.



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